Dormir es salud. Dormir es vida. Son estos tiempos en los
que sobrevaloramos todo lo que hacemos estando despiertos y le damos muy poca
importancia a lo que ocurre en nuestro cuerpo, en nuestra mente, mientras
permanecemos dormidos. Parece que cerrar los ojos y desconectar no es de
triunfadores. Quizás lo que desconocemos es que para que las cosas salgan a
pedir de boca, tenemos que estar descansados.
Dormir bien es sinónimo de bienestar, de felicidad, de
tranquilidad. Es, sin duda, una de las piedras angulares de la salud. El
insomnio es una de las lacras de la sociedad moderna. El estrés, las
preocupaciones y una rutina llena de excesos durante la vigilia no nos están
ayudando.
La ciencia ha establecido que el déficit de sueño puede
tener efectos adversos para la salud:
• Debilita el
sistema inmunológico
• Afecta a la
memoria: No dormir bien puede tener un impacto en la capacidad de pensar con
claridad al día siguiente
• Disminuye la
capacidad para resolver problemas
Alterar el sueño también puede aumentar los trastornos
relacionados con el estrés, incluyendo:
• Enfermedades
cardíacas
• Úlceras
estomacales
• Estreñimiento
• Trastornos
del estado de ánimo como la depresión
No dormir envejece prematuramente ya que dificulta la
producción de la hormona del crecimiento, que por lo general es liberada por la
glándula pituitaria durante el sueño profundo. Esta hormona ayuda a vernos y
sentirnos más jóvenes.
LIMPIAR EL CEREBRO
Un estudio reciente de la Universidad de Rochester (EEUU)
demuestra la naturaleza reparadora del sueño.
"Dormimos para limpiar el cerebro. Dormir parece ser el
resultado de la liquidación activa de los subproductos de la actividad
neuronal que se acumulan durante la
vigilia", explica Maiken Nedergaard, autora principal del estudio. En
concreto, su trabajo apunta que durante el sueño el cerebro es muy activo en la
eliminación de residuos, como la proteína beta-amiloide, responsable de la
enfermedad del Alzheimer y otros trastornos neurológicos. Los investigadores
encontraron que, mientras dormimos, las células del cerebro encogen y se
reducen un 60%, lo que permite que los residuos se eliminen con mayor eficacia.